Hace días,
conversando por Skype con una vieja amiga que vive en España me pidió que le
describiese mi edificio porque estaba intrigada por algunas cosas que había
leído en mi muro de Facebook.
Lo primero que
le conté es que vivía en una torre de 23 pisos, con 10 apartamentos en cada uno
de ellos e inmediatamente comencé a darle detalles de la fachada, de los acabados,
de la entrada, del estacionamiento y de las áreas verdes pero me interrumpió y
me dijo que estaba más interesada en saber cómo eran mis vecinos, cómo
funcionaban las áreas comunes, cuáles eran los problemas más importantes que
teníamos o cómo nos organizábamos para que un edificio tan grande funcionara.
Estas
preguntas eran un poco más complicadas y largas de responder y como teníamos
muchos temas pendientes que conversar le dije que me tomaría unos días para
escribirle sobre mi edificio. Acá te comparto el e-mail que le envié hace un
rato.
“Como ya
sabes, mi edificio tiene 23 pisos y 10 apartamentos bastante grandes por piso,
es decir, un total de 230 apartamentos. En total, allí vivimos 3.000 personas y
aunque eso promedia 13 personas por apartamento, la distribución real es algo más
compleja. En algunos apartamentos viven 2 personas, en otros 5 ó 6 y en algunos
más de 25. Esto es así porque la mayoría de los vecinos son pobres. De los
3.000, sólo 500 forman parte de familias que tienen buenos trabajos, comercios o
empresas propias pero que 2.400 tienen ingresos muy bajos, algunos de ellos tan
bajos que no les alcanza ni para comer y como las familias son tan grandes, muchos
han improvisado habitaciones en los pasillos y en las áreas comunes.
Lo cierto del
caso es que de las 3.000 personas, 1.500 pueden trabajar y producir y los otros
1.500 son muy menores o muy mayores. De los 1.500 que pueden trabajar, 320 trabajan
para la Junta de Condominio en todos los servicios para el edificio, que son
muchos y muy variados: limpieza, mantenimiento, vigilancia, tenemos una
escuela, un hospital y 2 dispensarios y hasta algunos negocios últimamente, de
comida, de transporte, una panadería y otros más. Hay 130 vecinos que no
trabajan porque no consiguen nada. Otros 350 vecinos o han montado negocios de
todo tipo en la planta baja del edificio o son empleados de estos negocios privados.
Y los otros 600 vecinos trabajan por su
cuenta: limpiando apartamentos, de plomeros, carpinteros o vendiendo de todo en
la entrada o en los pasillos pero informalmente.
Te preguntarás
cómo se paga y cómo funciona el condominio. Bueno, el condominio sólo lo pagan
46 apartamentos porque los otros 184 están subsidiados porque hace años, en los
jardines, se descubrió una mina de oro. La mina la administra la Junta y emplea a 10 vecinos que se dedican a sacarlo y
venderlo todos los días y eso produce un ingreso importante porque el precio no
ha parado de subir en los últimos 10 años. Con ese ingreso, la Junta de
Condominio hace lo que sabe y lo que no (y también lo que no debe), pero
sobretodo últimamente se ha dedicado a repartir una parte entre los más pobres
del edificio: comida, medicinas, becas, electrodomésticos, reparaciones a las
habitaciones informales en los pasillos y varias cosas más. Casi todos los
vecinos se quejan por todo, sin embargo, sobretodo los que están recibiendo
pagos y beneficios de la junta se quejan
para recibir más pero piensan que ésta es la mejor Junta que ha tenido el edificio
porque es la que más ha repartido a los vecinos que menos chance tienen (o eso
es lo que vende la Junta y lo que creen muchos).
Pero bueno, no
sola la Junta administra todo. En cada piso tenemos un Delegado. Esa persona
atiende algunos asuntos del piso pero el presupuesto se lo asigna y se lo
deposita la Junta. Hay temas importantes del piso que antes administraban los
Delegados pero que hace unos años los asumió la Junta, como el mantenimiento de
las escaleras y una pequeña enfermería que tenemos. Ahora bien, si el Delegado
está bien con la Junta, recibe más dinero de ésta o incluso, muchas de las
obras y proyectos para el piso son asumidos por la Junta. Pero si el Delegado no
es amigo de la Junta, las cosas se complican. No le llegan las mensualidades
completas ni a tiempo, la Junta no hace mejoras importantes en ese piso y, en
general, se generan unas fricciones y desencuentros que los terminamos pagando
los vecinos del piso.
¿Querías saber
cuáles son los problemas más importantes del edificio?
Aunque son
muchos, los que más le preocupan a los vecinos son: la delincuencia (porque están
asesinando a 2 vecinos por año), el costo de todo lo que se vende y se consume
en el edificio que no para de subir todos los meses y la falta de oportunidades
de empleos formales y bien remunerados. En lo personal, me preocupan varias
cosas más como el desorden y la anarquía generalizada en las áreas comunes, la
poca tolerancia de la Junta hacia quienes opinamos diferente (nos llaman de
todo y nos limitan beneficios y oportunidades) y la guerra que la Junta le
tiene a los comercios de planta baja. La junta se quiere quedar con todo y
decidir todos los temas por los vecinos. A veces siento que mi apartamento ya
no es propio y que debo pedirle permiso a la Junta para todo, incluso para
salir a pasear por el vecindario.
¿Te
preguntarás como se elige la Junta y los Delegados?
Bueno, la
Junta hay que elegirla cada 6 años. Antes la Junta no podía repetir dos
periodos pero desde hace como 8 años, se aprobó que el mismo Presidente puede
intentar re-elegirse las veces que quiera.
Hace 2 meses
hubo elecciones de Junta, bueno del Presidente de la Junta y lo cierto del caso
es que a pesar de los problemas que te comenté más arriba, el Presidente que ya
lleva varios periodos volvió a ganar para 6 años más. Es un fenómeno el tipo. Tuvo
820 votos a favor contra los 660 votos para un delegado de piso que se postuló
para reemplazarlo. La gente dice que volvió a ganar el de siempre porque como
ya te comenté la mayoría de los vecinos (principalmente los más pobres) piensan
que si hay un cambio de junta se van a perder muchos de los beneficios que se
han ganado en los últimos años y los que les han ofrecido para los años que
vienen. El Presidente es un personaje con un carisma extraordinario y hace
sentir que es un padre de los que menos han tenido.
Por otra
parte, las elecciones de los 23 delegados de piso fueron hace 1 semana. Aunque hubo
menos votantes que hace 2 meses, la proporción se mantuvo y 560 vecinos votaron
por Delegados amigos del Presidente y 440 votaron por los de oposición pero en 20
pisos ganaron los amigos del Presidente (10 de los cuales fueron militares) y sólo
3 pisos escogieron a los de la oposición. Hasta ahora 8 Delegados eran de la
oposición pero la gente sabe que las cosas en el piso pueden ir mal si no se
apoya al Padre-Presidente o que por disentir se podrían perder beneficios o incluso el empleo dependiente de la junta.
El edificio
está en medio de una gran trampa porque todo el mundo quisiera que las cosas
funcionaran mucho mejor, sobretodo porque sabemos que la mina de oro es enorme,
pero la Junta ha construido un dominio tan grande de todo, que la gente no se ha
atrevido a cambiarla y a tener que hacer esfuerzos mayores para vivir mejor.
Hay un cierto conformismo pero como ya te conté, la mayoría de los vecinos cuenta
con muy poco, sobretodo, no han podido recibir una buena educación y han terminando
amando al Padre-Presidente, al que todos los días le piden más. Me imagino que
el amor durará mientras la mina siga produciendo, vendiendo y repartiendo a cambio de lealtad real.
¿Qué más te cuento?
¡Ah!, sí, que en los últimos
4 años la Junta ha duplicado la deuda del edificio porque ha tenido que pedir
a los edificios vecinos para completar los gastos porque actualmente, entre el
oro que se vende y lo que se cobra de condominio a los 46 apartamentos y a los
locales de planta baja, sólo se está reuniendo el 85% de los que se gasta. Los vecinos nos prestan a cambio de oro a futuro.
Ya veremos
cuando mi edificio se decide a mejorar de verdad porque podría ser uno de los mejores del mundo. Si me preguntes porque aun no me he mudado a otro,
tendría que escribirte otro correo igual de largo, pero por ahora, sigue sin estar en mis planes inmediatos.
Besos, abrazos y hablamos de nuevo en ¡Año Nuevo!”