domingo, 9 de diciembre de 2012

Venezuela despide el 2012 con más incertidumbre


Hablando como uno más, después de 20 meses de tanta política (aunque aun falta una semana para elegir a los gobernadores), desde hace un mes había intentado ocuparme fundamentalmente de mis asuntos personales para el cierre del 2012. Entonces, en nuestra hiper-politizada Venezuela se reiniciaron los rumores sobre la mala salud de Hugo Chávez, logrando desplazar al resto de los temas políticos y, en general, a casi todos con excepción de el del dólar.

Desde anoche, la confirmación de la penosa situación humana que está viviendo el presidente de Venezuela, abre un nuevo debate político nacional, ya que por primera vez él mismo se une a las opiniones sobre el futuro constitucional de la Presidencia, al dejarnos saber que por segunda vez le reaparece el cáncer, que necesita de urgencia una tercera intervención quirúrgica y que, en consecuencia, corre riesgos de inhabilitación para ejercer sus funciones.

En la Venezuela de estos tiempos, nos hemos acostumbrado a no predecir (o a no apostar por nuestras predicciones). Así, nos hemos ido resignando a que pase cualquier cosa y a buscar la manera de darle la vuelta. El país ha perdido las capacidades de rechazar y exigir con contundencia, al punto que más que una república, definitiva y efectivamente, vivimos en un reino. Lo sensato y lógico era que Chávez se hubiese retirado hace rato para dedicarse a su recuperación. Sin embargo, nos ha demostrado una y otra vez que sus convicciones políticas y ambiciones son más fuertes que sus asuntos personales, que incluso su propia vida física y así lo hemos aceptado y aprobado.

Como observador de los procesos históricos de Venezuela, no deja de parecerme terrible que un hombre como él, justo en medio de momento hegemónico que ha construido en los últimos 20 años, admita que al corto plazo podría salir del juego. No soy uno de sus seguidores, pero es innegable que en él confluyen características de liderazgo excepcionales ( incluso más allá de nuestro país) y que sólo ha sido su propia salud uno de sus más ingratos obstáculos.

Lo cierto del caso es que por decisión propia o por cosas del destino, desde 1992 Chávez ha sido inobjetable protagonista de nuestro tiempo y ha sabido siempre surfear justo en medio del huracán por mucho más tiempo que cualquiera de sus contemporáneos. La película continúa. El fin de año será de película pues. La incertidumbre seguirá siendo un asunto cotidiano y los otros temas del país, los de construir y transformar, seguirán como en reposo y 30 millones de personas seguirán esperando para saber como darle la vuelta. Sólo en Venezuela.

1 comentario:

Juan Manuel León dijo...

yo ....segun recuerdo.....creo que no es la 2da. vez que le aparece el tumor (por asi llamarlo) ....creo que es la 3ra. o 4ta operaciòn!!!