martes, 18 de diciembre de 2012

23 pisos y 3.000 vecinos...


Hace días, conversando por Skype con una vieja amiga que vive en España me pidió que le describiese mi edificio porque estaba intrigada por algunas cosas que había leído en mi muro de Facebook.

Lo primero que le conté es que vivía en una torre de 23 pisos, con 10 apartamentos en cada uno de ellos e inmediatamente comencé a darle detalles de la fachada, de los acabados, de la entrada, del estacionamiento y de las áreas verdes pero me interrumpió y me dijo que estaba más interesada en saber cómo eran mis vecinos, cómo funcionaban las áreas comunes, cuáles eran los problemas más importantes que teníamos o cómo nos organizábamos para que un edificio tan grande funcionara.

Estas preguntas eran un poco más complicadas y largas de responder y como teníamos muchos temas pendientes que conversar le dije que me tomaría unos días para escribirle sobre mi edificio. Acá te comparto el e-mail que le envié hace un rato.

“Como ya sabes, mi edificio tiene 23 pisos y 10 apartamentos bastante grandes por piso, es decir, un total de 230 apartamentos. En total, allí vivimos 3.000 personas y aunque eso promedia 13 personas por apartamento, la distribución real es algo más compleja. En algunos apartamentos viven 2 personas, en otros 5 ó 6 y en algunos más de 25. Esto es así porque la mayoría de los vecinos son pobres. De los 3.000, sólo 500 forman parte de familias que tienen buenos trabajos, comercios o empresas propias pero que 2.400 tienen ingresos muy bajos, algunos de ellos tan bajos que no les alcanza ni para comer y como las familias son tan grandes, muchos han improvisado habitaciones en los pasillos y en las áreas comunes.

Lo cierto del caso es que de las 3.000 personas, 1.500 pueden trabajar y producir y los otros 1.500 son muy menores o muy mayores. De los 1.500 que pueden trabajar, 320 trabajan para la Junta de Condominio en todos los servicios para el edificio, que son muchos y muy variados: limpieza, mantenimiento, vigilancia, tenemos una escuela, un hospital y 2 dispensarios y hasta algunos negocios últimamente, de comida, de transporte, una panadería y otros más. Hay 130 vecinos que no trabajan porque no consiguen nada. Otros 350 vecinos o han montado negocios de todo tipo en la planta baja del edificio o son empleados de estos negocios privados. Y los otros  600 vecinos trabajan por su cuenta: limpiando apartamentos, de plomeros, carpinteros o vendiendo de todo en la entrada o en los pasillos pero informalmente.

Te preguntarás cómo se paga y cómo funciona el condominio. Bueno, el condominio sólo lo pagan 46 apartamentos porque los otros 184 están subsidiados porque hace años, en los jardines, se descubrió una mina de oro. La mina la administra la Junta y  emplea a 10 vecinos que se dedican a sacarlo y venderlo todos los días y eso produce un ingreso importante porque el precio no ha parado de subir en los últimos 10 años. Con ese ingreso, la Junta de Condominio hace lo que sabe y lo que no (y también lo que no debe), pero sobretodo últimamente se ha dedicado a repartir una parte entre los más pobres del edificio: comida, medicinas, becas, electrodomésticos, reparaciones a las habitaciones informales en los pasillos y varias cosas más. Casi todos los vecinos se quejan por todo, sin embargo, sobretodo los que están recibiendo pagos  y beneficios de la junta se quejan para recibir más pero piensan que ésta es la mejor Junta que ha tenido el edificio porque es la que más ha repartido a los vecinos que menos chance tienen (o eso es lo que vende la Junta y lo que creen muchos).

Pero bueno, no sola la Junta administra todo. En cada piso tenemos un Delegado. Esa persona atiende algunos asuntos del piso pero el presupuesto se lo asigna y se lo deposita la Junta. Hay temas importantes del piso que antes administraban los Delegados pero que hace unos años los asumió la Junta, como el mantenimiento de las escaleras y una pequeña enfermería que tenemos. Ahora bien, si el Delegado está bien con la Junta, recibe más dinero de ésta o incluso, muchas de las obras y proyectos para el piso son asumidos por la Junta. Pero si el Delegado no es amigo de la Junta, las cosas se complican. No le llegan las mensualidades completas ni a tiempo, la Junta no hace mejoras importantes en ese piso y, en general, se generan unas fricciones y desencuentros que los terminamos pagando los vecinos del piso.

¿Querías saber cuáles son los problemas más importantes del edificio?

Aunque son muchos, los que más le preocupan a los vecinos son: la delincuencia (porque están asesinando a 2 vecinos por año), el costo de todo lo que se vende y se consume en el edificio que no para de subir todos los meses y la falta de oportunidades de empleos formales y bien remunerados. En lo personal, me preocupan varias cosas más como el desorden y la anarquía generalizada en las áreas comunes, la poca tolerancia de la Junta hacia quienes opinamos diferente (nos llaman de todo y nos limitan beneficios y oportunidades) y la guerra que la Junta le tiene a los comercios de planta baja. La junta se quiere quedar con todo y decidir todos los temas por los vecinos. A veces siento que mi apartamento ya no es propio y que debo pedirle permiso a la Junta para todo, incluso para salir a pasear por el vecindario.

¿Te preguntarás como se elige la Junta y los Delegados?

Bueno, la Junta hay que elegirla cada 6 años. Antes la Junta no podía repetir dos periodos pero desde hace como 8 años, se aprobó que el mismo Presidente puede intentar re-elegirse las veces que quiera.

Hace 2 meses hubo elecciones de Junta, bueno del Presidente de la Junta y lo cierto del caso es que a pesar de los problemas que te comenté más arriba, el Presidente que ya lleva varios periodos volvió a ganar para 6 años más. Es un fenómeno el tipo. Tuvo 820 votos a favor contra los 660 votos para un delegado de piso que se postuló para reemplazarlo. La gente dice que volvió a ganar el de siempre porque como ya te comenté la mayoría de los vecinos (principalmente los más pobres) piensan que si hay un cambio de junta se van a perder muchos de los beneficios que se han ganado en los últimos años y los que les han ofrecido para los años que vienen. El Presidente es un personaje con un carisma extraordinario y hace sentir que es un padre de los que menos han tenido.

Por otra parte, las elecciones de los 23 delegados de piso fueron hace 1 semana. Aunque hubo menos votantes que hace 2 meses, la proporción se mantuvo y 560 vecinos votaron por Delegados amigos del Presidente y 440 votaron por los de oposición pero en 20 pisos ganaron los amigos del Presidente (10 de los cuales fueron militares) y sólo 3 pisos escogieron a los de la oposición. Hasta ahora 8 Delegados eran de la oposición pero la gente sabe que las cosas en el piso pueden ir mal si no se apoya al Padre-Presidente o que por disentir se podrían perder beneficios o incluso el empleo dependiente de la junta.

El edificio está en medio de una gran trampa porque todo el mundo quisiera que las cosas funcionaran mucho mejor, sobretodo porque sabemos que la mina de oro es enorme, pero la Junta ha construido un dominio tan grande de todo, que la gente no se ha atrevido a cambiarla y a tener que hacer esfuerzos mayores para vivir mejor. Hay un cierto conformismo pero como ya te conté, la mayoría de los vecinos cuenta con muy poco, sobretodo, no han podido recibir una buena educación y han terminando amando al Padre-Presidente, al que todos los días le piden más. Me imagino que el amor durará mientras la mina siga produciendo, vendiendo y repartiendo a cambio de lealtad real. 

¿Qué más te cuento?

¡Ah!, sí, que en los últimos 4 años la Junta ha duplicado la deuda del edificio porque ha tenido que pedir a los edificios vecinos para completar los gastos porque actualmente, entre el oro que se vende y lo que se cobra de condominio a los 46 apartamentos y a los locales de planta baja, sólo se está reuniendo el 85% de los que se gasta. Los vecinos nos prestan a cambio de oro a futuro.

Ya veremos cuando mi edificio se decide a mejorar de verdad porque podría ser uno de los mejores del mundo. Si me preguntes porque aun no me he mudado a otro, tendría que escribirte otro correo igual de largo, pero por ahora, sigue sin estar en mis planes inmediatos.

Besos, abrazos y hablamos de nuevo en ¡Año Nuevo!”

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