martes, 4 de marzo de 2014

Sólo para chavistas


Que existan corrientes políticas y gobiernos que orquestan su accionar centrándose en los pobres, no sólo es una alternativa sino una necesidad evidente en sociedades como la nuestra,  en la que la mayoría sigue siéndolo. No hacerlo es condenar a todo el país al fracaso y la inviabilidad. Y hago esta aclaratoria inicial porque pienso que lo que mejor define la orientación política del chavismo es precisamente cuidar más y primero al que menos tiene.

Toda vez que el chavismo lleva década y media dirigiendo al país y administrando el gobierno central, es imperativo que evalúe qué está funcionando mal o muy mal (Evaluar significa observar, escuchar, pensar, analizar y actuar en consecuencia).

He seleccionado tres áreas que considero fundamentales para la vida civilizada de todos los venezolanos y principalmente de los que están más débiles. Aspiraría a que el gobierno las atienda con un nuevo enfoque y cuanto antes. Veamos:

  • La inseguridad. Las cifras oficiales nos dicen que el asesinato, el secuestro, el robo y, en general los delitos que amenazan la vida y la tranquilidad de todos, se han disparado en los últimos años. El enfoque chavista ha sido que los delincuentes son producto del injusto proceso de distribución de ingresos que hubo antes de 1999 y que aumentando el gasto social, el fenómeno se revertirá. Seguramente hay mucho de cierto en ese enfoque pero vistos los resultados después de más de 10 años de intensa inversión social, algo no está funcionando bien o mejor dicho, está funcionando muy mal. En 15 años, se ha implementado más de 1 plan de seguridad por año y los resultados medibles y objetivos, han empeorado cada año. Pareciera relativamente fácil concluir que no han sido los planes ni los ministros asignados los que no han sabido hacerlo sino que los supuestos del plan no son suficientes para entender, enfrentar y corregir el problema. El gobierno no lo está resolviendo y en vez de cuestionar y replantearse el tema, insiste con terquedad y eso nos ha costado miles de vidas y ha espantado al extranjero a cientos de miles de venezolanos. Es imperativo que para poner en control la seguridad de todos, el gobierno repiense sus supuestos y sus medidas.
  • La economía. Venezuela sigue siendo un país que sólo genera ingresos por petróleo y no ha logrado aumentar su producción. El gobierno ha usado los ingresos generados por el aumento de los precios de la última década y nos ha endeudado de manera brutal para mantener el gasto pero mientras tanto, la economía ha venido deteriorándose y en este momento, los síntomas concretos que incluso son oficialmente aceptados son: la inflación más alta del mundo, una devaluación descontrolada y una terrible escasez de más del 25%. La soberanía alimentaria, que con fuerza se estableció en 2003, está cada día más lejos. Las reservas han retrocedido y el tipo de cambio que se mantiene artificialmente hace que sea mucho más barato importar cualquier cosa que producirla en Venezuela. Cuando nos comparamos con nuestros vecinos de Suramérica, quizá con excepción de Argentina, todos presumen de economías con muchos mejores resultados que la nuestra. El gobierno sólo consigue culpables entre los empresarios y fuerzas externas que han entablado una guerra económica contra nosotros. La respuesta ha sido más controles y más intervención y, mes a mes, año a año, los resultados empeoran. Ahora bien, si estamos rodeados de ejemplos de gobiernos socialistas que cuidan a sus empresarios porque los saben socios indiscutibles para construir bienestar, ¿por qué seguir enfrascados en un modelo de economía planificada y controlada desde el gobierno que siempre ha fracasado en todos los países que la han intentado? ¿No es tiempo de aceptar los malos resultados y aplicar cambios sin renunciar a la política social como lo hacen Brasil o Ecuador? ¿No será que la pobreza se cura con riqueza y debemos pensar en generarla más allá del petróleo?
  • La disidencia. El chavismo tiene serios problemas para aceptar la crítica y el pensamiento opuesto. Tan graves son sus problemas que luego de casi 20 días de protestas, más de 15 muertos, cientos de heridos y más de 700 detenciones que mantienen al país conmocionado, nadie del gobierno ha sido capaz de acercarse a la dirigencia estudiantil para escucharla. Nadie del gobierno ha tenido un gesto de humanidad con las familias de los muertos. No ha habido una mueca que permita hacer ver a los que protestan que es posible que alguien del gobierno esté escuchando lo que se grita en la calle. Por el contrario, la protesta recibe un rosario de descalificaciones y burlas todos los días. Cualquier representante de las policías de inteligencia con dos dedos de frente habría sabido reconocer entre los 700 detenidos a muchachos estudiantes que están desesperados por hacerse escuchar y no a criminales o paramilitares extranjeros. Mientras tanto, el gobierno sigue sosteniendo que es un golpe, que son fascistas, que hay una confabulación internacional y continúa ignorando los reclamos que se hacen todos los días. Aunque la inteligencia hubiese detectado un plan de golpe de estado, ¿no es posible que incluso, por propia conveniencia, se escuchen algunos de los planteamientos que se hacen en las calles para iniciar un proceso sincero de negociación?. Una oposición que obtuvo más de 7 millones de apoyos en las últimas presidenciales, que no es gobierno por menos de 2% de los votantes, no puede ser ignorada con la prepotencia con que el gobierno lo hace. El respeto, como valor, recibe contraejemplos del gobierno todos los días y quizá eso tiene mucho que ver con la inseguridad, porque el respeto es uno de los valores que no se tiene cuando se decide delinquir. En una sociedad, el primero que tiene que dar el ejemplo es el liderazgo nacional que debe actuar siempre como buen padre de familia y hoy estamos lejos de verlo en ese rol.


En este momento, es indispensable el diálogo entre los principales bandos políticos del país por lo que me permito pedirte que reflexiones sobre lo antes expuesto. Si siendo chavista no eres capaz de dudar con los tres planteamientos de más arriba y seguirás plegado a la justificación oficial, no he logrado nada (por ahora) pero si eres capaz de reconocer que hay algo de razón, si crees que algunas cosas no están funcionando por razones que aun el gobierno no reconoce, habremos conseguido un tema sobre el cual discutir constructivamente.

Todo gobierno y sus seguidores, además de actuar con fidelidad a sus principios, también deben respetar los principios democráticos y la constitución. No hacerlo, también es condenar a todo el país al fracaso y la inviabilidad.

No entiendo como sigues siendo _______________ (chavista, opositor)

En la extrema polarización política de Venezuela, las conversaciones entre ambos bandos son entre sordos. Los unos no se explican como los otros siguen engañados y terminan insultándose cada vez más alto para que el otro abra los ojos. Si la “verdad”, sea cual sea, fuese tan evidente, no estaríamos separados en dos grupos e incluso dispuestos a morir por demostrar quién tiene la razón. 

Según la encuesta Venebarómetro de enero de 2014, el 35% del país sigue siendo chavista, el 30% está abiertamente en oposición, 30% no está alineado y 5% no respondió.

Es inaudito pensar que la parte del país que sigue siendo chavista, se mantiene leal por una mezcla de resentimiento con ignorancia. Es imposible que estos 7 millones de personas sean enchufadas, brutas o miserables, de la misma manera que es imposible que los 7 millones de opositores sean todos adinerados, apátridas y socialmente insensibles. Mientras el gobierno se empeña en minimizar a la oposición, buena parte de ésta piensa que la masa chavista es sólo una cuenta amañada por las rectoras del CNE.

Debe haber algo más.

Venezuela, desde hace varias décadas se ha hecho adicta a vivir del petróleo y no ha sabido generar otros ingresos. Entre 1983 y 1999, el petróleo se vendió a precios muy bajos cuando ya nos habíamos acostumbrado al tren de vida de los precios altos. En consecuencia, Venezuela se empobreció de manera dramática durante 17 años mientras todos pensábamos que éramos ricos y que los recursos no alcanzaban porque los altos empleados públicos nos estaban robando (que lo hacían y lo siguen haciendo).

Así llega Chávez al poder y los precios del petróleo se disparan y la revolución puede reactivar un nuevo estado repartidor favoreciendo a millones y reforzando, una vez más, que el petróleo da para todos si escogemos un gobierno para pobres. Es cierto, el modelo chavista privilegia al que menos tiene, repotenciando la cultura de que sólo por ser fiel a la revolución recibirás todo lo que el petróleo puede comprar y, en consecuencia, muchos venezolanos comenzaron a disfrutar nuevamente de acceso casi gratuito a productos y servicios básicos, mientras que en ese pasado reciente, la pobreza había empujado a más de la mitad de la población al monte de los gatos flacos.

De esta manera, el chavista empieza a comprobar que es mucho más fácil surgir y prosperar con poco esfuerzo y manteniendo su apoyo a la revolución que cuestionándose las formas o la calidad de la gestión. De paso, en todo ese tiempo, la revolución se dedicó con éxito a hacer trizas cualquier otra opción de gobierno y ha demostrado varias veces que sabe castigar al traidor.

Lo cierto del caso es que durante varios años, aunque artificialmente y gracias al petróleo y el endeudamiento, el gobierno hizo crecer los ingresos de las familias pobres y para ello entregó becas, creó dos enormes redes de distribución de alimentos, mejoró el sistema de pensiones, creó programas de formación rápida para graduar bachilleres y abrió decenas de nuevas universidades "express". Así mismo, adjudicó más de un millón de nuevos empleos públicos, que en general ofrecen mejores remuneraciones y beneficios que antes. También renovó los servicios médicos descentralizados, y finalmente, cuando ya el modelo empezaba a dar síntomas de colapso, remató con un programa acelerado de viviendas equipadas, destinadas en primer término, a los miles de damnificados de las trágicas lluvias del 2010.

Por varias razones que no voy a enumerar ahora, el estado chavista comenzó a fallar, a dejar de repartir con la misma intensidad, en fin, ha comenzado a golpear el bienestar que brindó entre 2003 y 2010 y eso, aunado al padecimiento y la muerte de Chávez, se ha traducido en primer lugar, en la pérdida de apoyo de los que tenían menor compromiso emocional. Lo que fue una indiscutible mayoría ha dado paso a dos trenes enfrentados.

Lo cierto del caso es que no es tan fácil dejar de ser chavista cuando tú y tu familia han comenzado a ver luz y estás seguro de que has progresado gracias al "corazón" de este gobierno. Muchos ya han venido descubriendo que el modelo se está agotando y ya saben que siguiendo este camino cada vez estará más lejos esa Venezuela Dorada que les prometieron para el 2020, sin embargo, los que le siguen apoyando son muchos venezolanos que necesitarán más razones o más tiempo para revisar sus convicciones.