Lo resultados del 16D no
deben ser tan difíciles de entender. La planificación de elecciones para 7-O y
16-D fue una premeditada estrategia del gobierno para barrer por cansancio
contando con el poder que da el acceso a los recursos públicos sin mayor
control.
Es evidente,
como ya se ha dicho muchas veces, que el gobierno ha descubierto como gobernar
para ganar elecciones porque todas sus estrategias están dirigidas a “comprar”
la confianza de las mayorías necesitadas y aun cuenta con los recursos para
hacerlo. Hay quienes afirman que las clases D y E de Venezuela definen el nivel
socioeconómico de más de 24 de los 30 millones de venezolanos.
Dicho de una
manera menos complaciente, en la medida en que la mayoría de la gente reconoce
a la revolución como el mejor mecanismo actual de distribución de la renta
petrolera (en forma de vivienda, comida económica, enseres, becas, puestos de
trabajo, e incluso esperanzas, etc.) en esa misma medida no voltea para los
lados. Si a eso sumamos que las elecciones de ayer ocurren una semana antes de
Navidad y en medio de vacaciones anticipadas, el hastío del independiente y del
opositor “light”, hizo lo demás.
Las Regionales
normalmente convocan al 65% del electorado. Si a la votación de ayer acudió el
54% del padrón, quiere decir que hay un 11% que debió haber participado pero
que esta vez no estuvo comprometido ni con el gobierno ni con la oposición y
decidió quedarse en casa, salir de compras o irse de viaje sin votar. Quizá con
ellos, la oposición no habría perdido Zulia y Bolívar (si es que se perdió)
pero no afirmaría lo mismo sobre Táchira, Nueva Esparta, Monagas o Carabobo. En
estos estados la gente escogió al candidato de la revolución, al candidato de
Chávez, porque sabe que habrá más por recibir estando del lado del gobierno.
Estemos claros, no es seguro que un gobernador oficialista haga un buen
gobierno pero un gobernador de oposición, con seguridad, hará que aparezcan
trabas y obstáculos para el reparto que sale de Caracas.
¿Y cuándo se
acabará? Tan pronto como la economía se complique y el reparto disminuya.
Con un petróleo en niveles de 100 dólares o más por barril, será difícil,
aunque el gabinete económico está haciendo un gran esfuerzo por destruir su propio modelo.
Si Chávez deja
de gobernar en los próximos meses, aunque no necesariamente gobernará un
opositor, el sistema populista se deteriorará más rápidamente y comenzarán a
abrirse caminos para un cambio a futuro.
¿Venezuela
dejará de ser mayoritariamente chavista en el 2013? Pase lo que pase, no lo
creo. Sin embargo, la revolución ya pasó su altura máxima y viene perdiéndola
desde hace rato. La próxima gran cita para desbalancear esta hegemonía será en
2014, cuando se ajustará la asamblea y de allí al 2018, habrá chance de
balancear las gobernaciones y las alcaldías en 2016, para llegar a un 2018
dónde seguro, estarán presentes mejores condiciones para la real reconstrucción
de Venezuela.
Parece una
eternidad pero al medirlo en tiempo histórico, 5 años y medio es un abrir y
cerrar de ojos.
1 comentario:
los procesos historicos van a un ritmo que muchas veces no tenemos la paciencia suficiente para aguantarlos.....pero el secreto esta en la paciencia que debemos tener todo en la vida con excepciòn de la muerte tiene soluciòn.....
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