Ha habido tres estrategias centrales y de fina inteligencia en
esta campaña de Capriles, que se decidieron y se comenzaron a trabajar bien
temprano y que en mi opinión, son tres de las principales causas del éxito de
Capriles, sea cual sea el resultado del 7-O.
En primer lugar, haber cultivado y cosechado el apoyo de
Avanzada Progresista, en realidad de Henri Falcón en octubre de 2011. Esa
jugada comenzó a alejar a Capriles de ser percibido como la opción de la Derecha.
Mientras algunos afirmaban que en las primarias se enfrentaría un bloque de
centro-izquierda encabezado por Pablo Pérez contra otro de centro-derecha, a
cargo de Capriles, Henrique concilió este significativo apoyo de Falcón que descuadró
los escenarios convencionales.
La segunda estrategia ha sido presentarse como opción
nacional y no como el líder de 20 partidos políticos. En mi opinión, el primer evento
que más claramente dibujó esta visión fue el discurso de Leopoldo López, en
enero de este año, cuando declinó su precandidatura a favor de Capriles. Dos
ideas centrales se hicieron palabra ese día: la unidad que se está construyendo trasciende a los partidos, a lo electoral, es la unidad del
país y tiene metas claras para lo que vendrá después del 7-O. Adicionalmente, también
ese día se habló de una nueva forma de hacer política, desmarcando el “Hay un
Camino” de las viejas prácticas políticas, tanto de la era Chávez como de los 40 años previos.
Por último, aunque no menos importante, resalta la decisión de
no confrontar con Chávez en el terreno en el que él había sido exitoso tantas
veces: izquierda contra derecha, pueblo contra burgueses, nacionalismo contra
imperialismo, 4ta. contra 5ta., etc. Capriles ha sabido evadir esas trampas y ha logrado descuadrar a su contendor, llevándolo al terreno
de las necesidades locales y cotidianas, a las extravagancias de la revolución,
a la mala gestión de gobierno y, sobretodo, hacia su idea del Progreso,
de un mejor futuro para el país, posible y casi inmediato. Capriles tomó la
delantera en el debate desde el principio y, a diferencia del pasado, ha
marcado primero muchas veces. Como respuesta, la campaña de Chávez se ha
tenido que concentrar en la descalificación y las ofensas, que han sido
ignoradas, toreadas con maestría y han permitido dejar al contrincante colgado de la
brocha en más de una ocasión.
Han sido tres estrategias de inteligencia,
que se han ejecutado con paciencia y perseverancia y, seguramente, con no poco
oposición interna (recordemos las posiciones de otros pre-candidatos). Saber
escurrir el enganche emocional con alguien que verdaderamente sabe golpear arriba
y abajo, ha puesto de manifiesto la calidad política de Henrique Capriles y su
equipo de campaña. Hace 9 meses, muy pocos analistas políticos daban crédito a
la efectividad de estas estrategias y a falta de 10 días para las elecciones,
propios y extraños estamos sorprendidos por la calidad y, sobretodo, por la efectividad de esta campaña (efectividad aun presunta).
Sólo 9 días nos separan de saber si las tres estrategias
construyeron a un Presidente o al nuevo líder de la oposición venezolana.
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