domingo, 23 de septiembre de 2012

Si Capriles gana el 7 de octubre


Revisando los dos escenarios posibles para el 7-O, es momento para analizar una victoria de Capriles.

Por una parte, el esfuerzo unitario, las Primarias ganadas contundentemente, una buena obra de gobierno regional, una recorrido pueblo a pueblo con más de 300 paradas, un mensaje de unión y esperanza, y, por la otra, el desgaste natural de una administración que ya suma 14 años, una lista de problemas básicos no resueltos como la inseguridad, la crisis eléctrica, la falta de buen empleo, la inflación, la corrupción y la crispación generalizada, podrán desembocar, sin ser una sorpresa mayor, en una victoria de Capriles el 7-O.

Chávez ha tenido tanto tiempo y ha puesto tanto empeño en dejar su marca personal en el estado venezolano que, sinceramente, resulta difícil imaginar algo que es normal en democracia, un cambio de mando para dar la bienvenida a un nuevo Presidente. Más aun cuando este gobierno da continuas muestras de que no está preparado, desde ningún punto de vista, para concluir en enero de 2013.

Aun así, en 2009, precisamente Capriles fue protagonista de una transición de poder en el estado más importante del país, cuando le tocó reemplazar a Diosdado Cabello y gobernar en un territorio que incluye la mitad de Caracas. Lo hizo, nada más y nada menos que con la oposición del gobierno central y con 15 de las 21 alcaldías del estado en su contra.

Casi inmediatamente después de las Presidenciales, el país se meterá en otra campaña electoral hacia las Regionales del 16 de diciembre y, en consecuencia, el gobierno saliente además de superar el gigantesco trauma por la derrota de su propuesta de país, tendrá que aclararse y llenarse de nuevos ánimos para intentar defender sus regiones más importantes: Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Barinas, Mérida, Guárico y Apure, y, a la vez tendrá que preparar todas sus cuentas para entregar legalmente la administración.

Más allá de lo electoral, pensando en el primer año del nuevo gobierno de Capriles, veremos un constante ejercicio de equilibrio y moderación ya que buena parte del estado venezolano continuará bajo el poder chavista: Asamblea, Tribunales, Defensoría, Fiscalía, Contraloría, varias gobernaciones y 200 alcaldías.

En consecuencia, el gobierno de Capriles estará obligado, en muy corto tiempo, a mantener el funcionamiento del estado y demostrar que  es capaz de comenzar a atender las expectativas generadas y de desmontar las estructuras extra-constitucionales de Chávez. Ante esta necesidad será inmensamente importante la calidad del equipo de trabajo del nuevo gobierno, una mezcla de capacidad política con talento y competencias para mejorar la gestión en todos los ámbitos.

Los beneficios de la inversión privada nacional y extranjera comenzarán a sentirse muy pronto, toda vez que tendrán en Venezuela un destino sediento de dinero para invertir y plagado de oportunidades que no abundan en el resto del mundo.

No menos importante será mantener la unidad hacia adentro, porque Capriles habrá llegado con el apoyo de al menos 8 organizaciones políticas con peso específico: Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática, Avanzada Progresista, Proyecto Venezuela, Voluntad Popular, COPEI y La Causa R, que estarán ansiosas por participar y ser tomadas en cuenta.

De ninguna manera el chavismo desaparecerá de la arena política, sin embargo, mucho tendrá que ver su desempeño como oposición con el estado de salud de Chávez a partir de 2013. En cualquier caso, es muy probable que mantenga la mayoría parlamentaria durante los 3 primeros años que, casualmente, representan la primera mitad del gobierno de Capriles y una oportunidad para que el chavismo intente convocar un referéndum revocatorio contra él. Por su parte, arrancando el 2014, imagino que el gobierno de Capriles también evaluaría convocar un referéndum revocatorio contra diputados chavistas de los estados que entonces serían más opositores, si esta mayoría en contra se convierte en un obstáculo insalvable para gobernar el país en paz.

Lo cierto del caso es que viendo un poco más lejos, un cambio de gobierno pondrá a prueba la constitución de 1999. La victoria de Capriles relegaría la revolución a una opción política adicional que podrá ser escogida en el futuro para periodos finitos y no será más un proceso que intente trascender los plazos constitucionales. Si el chavismo es capaz de entender que la revolución no fue posible y que ahora será un partido de izquierda que juega a la democracia, seguirá siendo un referente importante. En caso contrario, no intentaré pronosticar en qué se convertiría toda esa energía roja.

Justo en 2 semanas continuaremos escribiendo la futura historia de Venezuela, no dejes de sintonizar y si eres venezolano, ¡Vota!

No hay comentarios: