Al final del conteo, presumo que los apoyos a Chávez habrán sumado 8.300.000
votos. Y los de Capriles, 6.800.000. En estos 6 años, la Oposición ganó 8% y Chávez
lo perdió. Es decir, una ventaja de 3 millones de votos se redujo a la
mitad. Ayer Chávez sólo tuvo 1 millón y medio más de votos que Capriles.
Considerando que la economía ha crecido por los precios del
petróleo, que el gobierno es el principal empleador y contratista de la mayoría
de nuestros estados y que las cadenas y propagandas gratis de la “Patria Nueva”
sumaban más de 30 minutos diarios contra los 3 minutos pagados de la oposición,
los resultados son más que halagadores para esta última, aunque el shock de ayer
aun no le permita verlo.
Como ya no se puede hacer nada por cambiar lo de ayer, lo
inteligente y oportuno es trabajar para seguir construyendo el mañana.
Claramente, el poder se está balanceando. En consecuencia, el empeño de la oposición
debe ser continuar el esfuerzo inteligente para que esto se haga palpable en el
resto de los poderes y construir el espacio que necesitará de cara a la futura
transición.
La oposición no sólo debe defender las gobernaciones que ya tiene,
sino que debe poner el máximo esfuerzo para ganar Mérida, Anzoátegui, Bolívar o
Aragua. Una cosa es el carisma de Chávez y otra muy distinta, el de muchos de sus
Gobernadores y Alcaldes. Basta recordar los gritos chavistas de hace días: “Chávez
si, fulano no”.
Más adelante en 2013, será tiempo de los Alcaldes y en 2015, el de los Diputados.
No es el momento de despotricar a la gente que apoya a
Chávez porque para ellos, hasta ahora, la revolución es lo mejor que les ha
pasado en su vida ciudadana. Hay que seguir oyendo, seguir entendiéndolos y
seguir diseñando una opción incluyente. Venezuela quiere un cambio y hay que
seguir construyéndolo. Ayer 2,5 millones de venezolanos se sumaron al cambio. A la oposición sólo le falta convencer a otro millón más de venezolanos. Capriles
lo sabe y por eso decía el jueves pasado que lamentaba no haber tenido el
tiempo de visitar 500 pueblos en vez de 300. La oposición tiene que seguir
trabajando para que la gente escuche y confíe en que hay una manera distinta
para construir la mejor Venezuela.
Si la tristeza y el despecho pasan rápido y el opositor
tiene la sangre de héroe que dice Capriles, muy pronto debe dedicarse a
continuar la construcción de una alternativa para todos, porque Chávez, desde
hoy, arrancará con la suya.
Esta historia continuará. No lo dude.
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