Hoy 16 de febrero de 2009, Venezuela despierta con la aprobación electoral de una enmienda a la constitución que permite que los funcionarios electos por voto popular y que se encuentran en el ejercicio de un periodo de gobierno se puedan presentar a la reelección, sin importar el número de periodos que ya hayan gobernado. Hasta ayer, sólo podían presentarse una sola vez.
La diferencia entre los dos bloques fue de 10% del total de los que participaron y equivale a más o menos 1 millón de venezolanos. Un poco más de 30% del registro electoral, no participó. En otras palabras, la enmienda fue aprobada por 6 (si) a 5 (no) a 5 (no votó).
Fue notoria la diferencia de inversión entre ambas campañas. La campaña por el si no sólo desplegó un mayor número de voluntarios sino que tuvo recursos para desbordar ciudades y pueblos con anuncios, publicidad y eventos.
Todas las dependencias oficiales fueron centros de campaña y prácticamente todo el sector público, que ocupa a más 2 millones de venezolanos, se dedicó por completo a trabajar en la campaña por el si desde hace 2 meses, al punto que la mayoría de los trámites formales que un ciudadano puede solicitar al estado, han estado sin atención desde entonces y a la espera del evento de ayer.
La Asamblea Nacional se proclamó en campaña y desde comienzos de 2009 todos los diputados de país han estado en receso de funciones legislativas. Entre otras cosas, adelantaron una campaña internacional, que les llevó a visitar más de 40 países, para hablarle al mundo a favor de esta enmienda.
Esta motivación era uno de los elementos que la oposición exponía para rechazar la enmienda. Estar en el gobierno facilita el acceso a recursos y posibilidades que esta oposición u otra futura no tiene o tendrá y, en consecuencia, en toda reelección, el que gobierna y busca reelegirse, comienza cada campaña con ventaja a su favor (en Venezuela y en cualquier parte del mundo).
Venezuela tiene un sistema de gobierno presidencialista (o no parlamentario) y aunque formalmente existe una división que debería permitir la independencia entre los poderes, Chávez ha logrado aglutinar una influencia y control indirecto casi total sobre todas las instituciones. Esto hace que el desbalance a su favor sea mayor ya que no existe órgano contralor o auditor que frene o evite las desviaciones antes y durante una campaña electoral.
Más allá de este factor, que es muy importante para interpretar los resultados, ya bien sea por razones justas o no, por populismo o por conexión emocional, en Venezuela, aún después de 10 años de gobierno de Chávez, existe un importante y verdadero apoyo a su imagen y gestión que sigue por encima del 50% y este fenómeno debe ser analizado y entendido con profundidad para tratar de explicar lo que en este país está sucediendo.
Del lado negativo, Venezuela registra una inflación anualizada en torno a 30% (de las más altas del mundo), un alto porcentaje de la población sigue viviendo en condiciones de pobreza, la inseguridad personal y la anarquía social están en niveles intolerables para cualquier ciudadano del mundo moderno, el ejercicio empresarial ha sido fuertemente des-incentivado (por decir lo menos), el acceso a la vivienda es más que insuficiente, la producción venezolana, aunque nunca ha sido elevada, ha bajado a niveles alarmantes y la corrupción continua siendo una de las enfermedades de lo público.
Por el lado positivo, Venezuela mantiene programas sociales con un alto impacto y penetración en la población en las áreas de salud, alimentación, educación, cultura y organización social, pero sobretodo, este gobierno hace esfuerzos todos los días por ser percibido como el garante de la reducción de privilegios al poder tradicional y por brindar acceso al poder a quienes "antes" estuvieron excluidos por su nivel socioeconómico, generando así una sensación de lucha de clases que estaría siendo ganada por los más pobres (que son mayoría en Venezuela).
Ahora bien, más allá de las razones tangibles y objetivas, Hugo Chávez ha resultado un fenómeno, un político excepcional que ejecuta un repertorio de estrategias y acciones infalibles para ganar la voluntad popular y en contraposición, no ha surgido una figura pública capaz de presentarse como una opción de futuro, ni de su lado ni del de la oposición.
Definitivamente, Venezuela vive una proceso histórico de transformación de sus estructuras de poder y después de ayer, este proceso continúa respaldado y aunque el entorno económico e internacional ha comenzado a cambiar, seguimos viviendo en una Venezuela muy chavista.
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