Para pensar en el origen del chocolate, de acuerdo con la arqueología moderna, debemos trasladar nuestra imaginación unos 3.500 años al pasado y todo parece indicar que el viaje nos lleva a América y, específicamente, a México, justo al norte de Guatemala.
El chocolate fue haciéndose una bebida popular en la cultura Maya y cuando Europa se encuentra con América, las semillas de cacao, eran, adicionalmente utilizadas como moneda (esto debió llamar poderosamente la atención de los exploradores europeos quienes después de probarlo también decidieron cargar con muestras de regreso).
Para que el chocolate alcanzase sus formas modernas, primero debió llegar a España y ser mezclado con azúcar, leche y otras especias como vainilla y canela, para suavizar la bebida original en algo más adecuado al gusto de aquellos españoles y, luego, al expandirse su consumo por Europa, llegó a convertirse en un preparado sólido o tableta que se consumía de esa manera o que servía como presentación más fácil de preservar y transportar (la tableta podía diluirse en agua en cualquier ocasión).
El chocolate es un alimento procesado que surge de la mezcla de azúcar, pasta de cacao y manteca de cacao.
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