sábado, 22 de agosto de 2015

¿Miles de Bolívares por Dólar antes de 2016?

Como ya lo he escrito antes, en agosto de 2012 el control de cambio chavista perdió el equilibrio que había tenido durante los 10 años previos. Si bien el cambio “libre” se sustentaba en el SITME y hasta hicieron tres devaluaciones, 2 meses antes de las últimas elecciones que ganó Chávez, y, precisamente, por motivaciones electorales, el desmedido gasto público para seguir vendiendo bonanza, descalabró el sistema (como lo admitió el Sr. Giordani, ministro de Planificación de entonces).

Luego de varios años manteniendo el cambio libre cercano a 8 Bolívares por dólar, en estos últimos 3 el valor de la moneda estadounidense se ha disparado como nunca antes en la historia de Venezuela, desde esos 8 a los 700 a los que llegó el pasado viernes 21 de agosto de 2015.

Aunque a mucha gente le aburre esta temática, a mí no deja de apasionarme porque a pesar de que la economía es aparentemente un ingobernable montón de variables de diferente índole (sociológicas, políticas, financieras, etc.) está más que probado que hay fórmulas que con planificación, disciplina y constancia, hacen funcionar las economías con un alto porcentaje de predictibilidad. Está claro que para los chavistas estas fórmulas están en la acera de enfrente por sus tintes liberales y Chávez insistió durante muchos años que a ellos les tenía sin cuidado la macro-economía si lograban combatir la pobreza repartiendo subsidios y beneficios sociales. 

También he escrito que ese sistema chavista es sólo viable en el tiempo si la factura petrolera se mantiene creciendo a un ritmo igual o superior al de las necesidades y el crecimiento de la población venezolana. Sin embargo, este gobierno, aun con altos ingresos, comenzó a excederse y, ahora, que desde hace menos de un año que el petróleo está bajando, no ha hecho correcciones por lo que la situación va de mal a peor. 

Parece evidente que el actual plan económico nacional es aguantar sin cambios el mayor tiempo posible hasta que se recupere el precio del petróleo para retomar el mismo camino del 2003. Lo que está por verse es si tal recuperación ocurrirá en las próximas semanas porque no creo que esta economía aguante varios meses más sin tomar medidas diferentes (de las de la otra acera).

En consecuencia, sin una recuperación de ingresos petroleros a la vista, el único destino del Bolívar será su sostenida devaluación (¿extinción?) que nos seguirá empobreciendo con rudeza. Comencé a escribir esta nota para jugar a predecir el tipo de cambio con que despediremos el 2015 y a juzgar por lo que ha pasado en el último año, a continuación mostraré algunas tristes posibilidades basadas en esa evidencia. Veamos:

  • De enero a mayo de este año, en 4 meses, el valor del dólar "libre" se duplicó (pasó de 175 a 350)
  • Luego, en los últimos 3 meses, de mayo a agosto, se ha vuelto a duplicar (de 350 a 700)
Es decir, que esta devaluación se ha venido acelerando con mucha fuerza. Si asumimos que esto es una progresión, en los próximos 2 meses se duplicaría de nuevo para llegar a Bs. 1.400 a finales de octubre. ¿Susto?, bueno, más susto.

Para agregar otro eslabón a esta macabra progresión, tenemos que ver hacia atrás, es decir, ver el cambio de agosto del año pasado (5 meses antes de enero de 2015). Para seguir confirmando la progresión, tendría que haber sido la mitad de los 175 de enero, es decir, Bs. 87. ¿Y adivine?, el 20 de agosto de 2014 el dólar se cambiaba por Bs. 84.

Ésta me resulta una hipótesis espeluznante que de ser cierta permitiría inferir que a final de año para comprar un dólar norteamericano vamos a necesitar miles de Bolívares: 1.400 a finales de octubre, 2.800 a finales de noviembre y de verdad, es tan desolador este escenario que no provoca seguir jugando.

Los ciudadanos estamos acorralados en un escenario de empobrecimiento generalizado y se nos está azotando a todos con los primeros destellos de una hiper-inflación (¿y ésta no había desaparecido como la viruela?). Sin embargo, creo que si esta progresión se sigue cumpliendo, el status quo de Venezuela cambiará dramáticamente en los próximos 100 días.

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