Como no podía ser de otra manera, en la Venezuela de nuestros días, una sociedad con inmensos problemas básicos en su infraestructura, seguridad, educación, acceso a la vivienda, salud, movilidad en las ciudades, y, en general, con una economía inestable, el gobierno se enfrasca 6 meses antes de la elección presidencial, en una modificación atropellada y poco consultada de nuestra ley del trabajo.
Los cambios que el mundo moderno ha experimentado en los últimos 30 años, gracias a las tecnologías de la información entre otras, han generado varios nuevos tipos de trabajadores y realidades. No se parecen en nada, las necesidades de los trabajadores del conocimiento a los trabajadores de la construcción, los actores, la fuerza laboral de las fábricas o del campo, los vendedores ambulantes, los empleados de una farmacia o tres carpinteros que se unen para hacer cocinas, por sólo mencionar algunas ocupaciones.
Sin embargo, lo que se deja colar de los cambios que se estarían introduciendo con la modificación a la ley que se ha ofrecido para dentro de 16 días, tiene sólo que ver con los aspectos básicos por los que discutían los sindicatos de obreros hace 50 años: el horario, las penosas prestaciones de antigüedad y los beneficios de maternidad.
En un país que ha vivido los últimos 30 años con una inflación enorme, se sigue apostando a un sistema obligatorio de ahorro que muy poco ayuda porque mientras la inflación anda por 25%, los intereses que ganan las prestaciones, con suerte, pagan 15%.
¿Qué aspectos importantes pareciera que no se discuten?
1.- ¿Por qué no creamos fondos de ahorro y retiro independientes del empleador y del gobierno para reemplazar las prestaciones y que deberían permitir que los aportes se "multipliquen" en dólares, por ejemplo, alentando a que se inviertan en la expansión de la industria petrolera venezolana?
2.- ¿Por qué no se propone un mejor sistema de jubilación. Sólo el 20% de la fuerza laboral gana sueldo mínimo pero la pensión de jubilación para el 100% de los empleados, en el mejor de los casos, será un sueldo mínimo?
3.- ¿Por qué no se están revisando y atendiendo las necesidades de una enorme fuerza laboral que trabajará desde sus casas sin controles de horario y que tiende a crecer en los próximos 30 años?
4.- ¿Por qué seguimos pensando que la gente trabajará 30 años en la misma empresa si la realidad es que la gente está cambiando de empleador cada 2 ó 3 años e incluso se hace autónomo a ratos ("matando tigres")?
5.- ¿Por qué la Unidad Tributaria se ajusta todos los años por debajo de la inflación y se permite que esto genere un aumento indirecto del impuesto sobre la renta que pagan los empleados? ¿Por qué no se consideran también des-gravámenes válidos la depreciación del vehículo, de la vivienda y de los enseres básicos de las familias?
6.- ¿Por qué los empleados y las empresas se ven obligados a pagar una alta mensualidad de Seguro Social Obligatorio y una alta mensualidad de seguro privado de HCM y la cobertura de salud sigue siendo realmente "majunche"?
7.- ¿Por qué no se crea una taquilla única y moderna y por el contrario el país pierde tanto tiempo lidiando con varias burocracias independientes en el Seguro Social, el INCES, el Banavih, el Ministerio del Trabajo, la ONA, la LOPCYMAT y la LOCTI?
8.- ¿Por qué el INCES no empieza a brindar educación en línea (Internet) para personas que necesiten cambiar de carrera cuando llegan a cierta edad y sólo sigue siendo un bachillerato especializado a la orden de pocos venezolanos que comienzan su vida laboral? ¿Por qué no se unifica en el INCES todas las nuevas misiones de formación para el trabajo, llámense como se llamen?
9.- ¿Por qué no se crea la figura de salario integral, como en Colombia y decenas de otros países, a la que los Consultores, Médicos, Contadores, Vendedores, Consultores, Abogados y tantos otros profesionales de más alto nivel se puedan acoger para no seguir siendo regulados como a los trabajadores más básicos que, por ejemplo son obligados a ahorrar o a esperar a diciembre para recibir parte importante de su ingreso anual, entre otras imposiciones?
10.- ¿Por qué no discutir sobre salarios variables asociados con productividad que le permita a los empleados participar de los beneficios que ayudan a generar de una manera más directa y dejar de pensar en la relación laboral sólo como una venta del tiempo del empleado? ¿Por qué no pensar en reemplazar antigüedad por una combinación de antigüedad-productividad y que se pague con acciones de las empresas que generen beneficios futuros a las familias?
11.- ¿Por que prohibir o condenar la figura de Outsourcing si el mundo entero ha escogido este camino de la especialización para aumentar la productividad? ¿Por qué no revisar precisamente las condiciones de estas empresas para que no se usen para evadir beneficios laborales?
12.- ¿Por qué no incluir beneficios y coberturas en la ley que apoyen al sector informal que es casi del mismo tamaño que el sector formal pero que además está lleno de la fuerza emprendedora necesaria para hacer crecer nuestra economía?
En fin, que la modernidad y la realidad actual de Venezuela han dado pie a nuevos escenarios y nuevas necesidades que siento que están quedando por fuera de las discusiones y pareciera que seguimos empeñados en promulgar una ley que en definitiva no ayudará a los empleados, las fábricas, las empresas y los comercios e incluso al sector público del país, en la misión de hacer crecer el bienestar y la calidad de vida de todos. Entonces, ¿será que sólo se busca amarrar votos para el próximo 7OCT12?.
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