Hace unos pocos meses mi hermano me recomendó que en las mañanas probara un programa de Onda La Superestación: “La Guarandinga”, con Valentina Quintero y Alonso Moleiro.
Creo que la mañana siguiente lo sintonicé y descubrí que estando Valentina de vacaciones, Alonso estaba siendo acompañado por Miguel Efrén Delgado Estévez (el músico) y juntos se hacían llamar “los dos maridos de Valentina”. La cariñosamente mandona reina del viaje por Venezuela, paseaba en esos días al mando de un enorme motorhome sincrónico, con su única hija Ariana (tan bella su muchachita), nada más y nada menos que por Nueva Zelandia, descansando luego de alcanzar una no deseada notoriedad nacional por la invasión de la finca de sus padres en el estado Vargas.
Pues bien, esas primeras semanas que compartí con Alonso y Miguel me permitieron hacer un descubrimiento extraordinario. Humor, inteligencia, información oportuna, nostalgia, emprendedores del campo, farándula light, cultura popular, música en español y venezolana y folclore con unos extraordinarios “Cuentos de camino” incluidos, han ido llenando de diversión y buena energía mis viajes diarios hasta Chacao. Tengo que decir que en muchas ocasiones llegó al estacionamiento de mi oficina y me quedo varios minutos en el carro terminando de escuchar una siempre inteligente reflexión de Alonso o una ocurrencia de Valentina.
A medida de que se acercaba el regreso de Valentina, los asiduos oyentes bromeaban con lo de los dos maridos y con el hecho de que se debían plantear un trío no temporal. Valentina regresó (y Miguel sigue sólo con Valentina en Los Cuentos de Camino) y lo que comenzaba a convertirse en una de mis nuevas adicciones, se exacerbó y vive hoy por hoy, sus primeros mejores momentos.
“La Guarandinga” me llevó a oír más de Onda. En las tardes, el ocurrente y siempre bien “dateao” Nelson Bocaranda y la ocurrente Mariela Celis continuaron atornillándome a la Superestación. En Mayo, gracias a Nelson y a Alonso, unos días antes de que lo hiciera Valentina, activé el Twitter en mi celular para tener un acceso más activo a esta otra nueva adicción.
Poco a poco, encontrándome en el carro a diferentes horas por necesidad, he ido conociendo otros protagonistas de Onda: a las encantadoramente frívolas Floralicia Anzola y Elizabeth Fuentes justo después de “La Guarandinga”. También, a una muy íntima Maria Elena Lavaud (después de las 8pm), a una extraordinaria Maite Delgado con sus micros tremendamente oportunos (algo al estilo de “Qué fácil es ser un buen ciudadano” pero en un tono más moderno y participativo). Por allí, además, se cuelan Sumito Estévez con una estupenda pasión emprendedora recargada por la energía única de la Isla de Margarita y Carlos Fraga, nuestro eterno Terapista Nacional de Emociones. Por último pero no menos excelente: Elba Escobar. Ella llena el mediodía con una cadencia cariñosa y muy positiva. Y quedan unos cuantos más protagonistas en Onda que no me atrevo a mencionar porque aún no he tenido la oportunidad de sintonizarlos.
Toda esta gente maravillosa ayuda a seguir viendo muchos rayos de sol y grandes esperanzas para Venezuela. Imagino que el estudio desde donde se hacen todos estos programas es un lugar con tan buenas energías como las que se huelen en los caminos de El Ávila, o la de las brisas que secan el sudor en las lomas de Margarita o las del rocío de los saltos de la Gran Sabana.
En alguno de los programas volví a escuchar y decidí hacer propio el siguiente eslogan: “Mi plan B es seguir echándole pichón a mi plan A”. Que la resistencia a esto que vivimos en mi país debe ser activa y creativa y que Venezuela, tiene todo para ser, sin duda, el mejor país del mundo.
Concientizando la extraordinaria combinación de Talentos de esta emisora y el efecto que me ha generado su programación, he decidido anclarla en el dial de mi carro y mientras dure la calidad y la energía, mis CD´s que esperen hasta los viajes fuera de Caracas.
Gracias a toda esa gente maravillosa de Onda, positiva, profesional, curiosa, creativa, oportuna, divertida y muy venezolana porque está haciendo un inmensurable aporte de principios y valores a la construcción del país que quiero.
Onda se oye en casi todo el país. En Caracas, yo la escucho en 107.9.
1 comentario:
Me encanto lo del plan B...yo creo que, con frecuencia, sigo intentando las cosas incluso mas alla de lo recomendable, hasta el punto que no se si soy perseverante o simplemente terca.
Pero en el caso que tu describes, en el caso de Venezuela, el plan B debe ser exactamente ese: seguir insistiendo en el plan A!! Bien escrito!!
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