Una entrevista que María Elena Lavaud (@melavaud) le realizó en su programa de radio “En la intimidad”, hace unas pocas semanas a una hija del finado Franklin Brito, me sirvió para conocer algunos detalles de una parte de esta conmocionante y no deseada historia venezolana.
Esta joven de 20 años, desde hace varios meses se vió obligada a cambiar su casa, su vida y su cotidianidad de estudiante universitaria por la dureza de un hospital militar en el que estuvo acompañando y atendiendo la terrible y fría huelga de hambre de su hoy difunto padre. Su mamá, mientras tanto, vivió asilada con unas monjas de Chacao, donde se encargaba de sus dos hermanos gemelos de 14 años de edad y era el otro importante apoyo de su esposo. En la entrevista, Ángela, la segunda hija del matrimonio Brito, narró la siguiente historia:
Todo comenzó en 1994, hace 16 años, cuando sus padres compraron a una particular, unas bienhechurías en un terreno con potencial agrícola que era propiedad del estado venezolano y que está ubicado en la parroquia Guarataro, en el municipio Sucre del estado Bolívar, para dedicarse a cultivar ñame. Cabe reseñar que esa zona es la principal productora nacional de este cultivo. El ñame es un tubérculo muy importante y un indispensable producto para la cocina criolla.
En 1999, luego de 5 años de trámites oficiales, el Sr. Brito logró comprar el mencionado terreno al estado y obtuvo la documentación legal que le acreditó la propiedad de la tierra y las bienhechurías del fundo.
En esos tiempos, el Sr. Brito, que además de agricultor era docente al servicio del estado (al igual que su esposa), llegó a ser el presidente de una asociación de los cultivadores de esa región.
Hace unos 10 años, en el 2000, los cultivos de ñame de la mencionada zona fueron afectados por una plaga que obligó a los agricultores, la alcaldía y a la CVG a encontrar una solución para garantizar y proteger las cosechas y devolver la viabilidad a los productores.
Así surgieron propuestas que compitieron por el aval y financiamiento de la CVG para salvar al ñame. Específicamente, una propuesta de la alcaldía del municipio Sucre, a base de fertilizantes, tenía un costo de Bs. 2 mil millones y la propuesta del Sr. Brito, a base de semillas resistentes a la plaga, probadas en Costa Rica, conllevaba un costo muchísimo menor.
La CVG seleccionó y apoyó la propuesta del Sr. Brito sobre la propuesta de la alcaldía.
De manera casi inmediata, sin explicación, el Sr. Brito y su esposa fueron despedidos de sus cargos: profesor y maestra. También, unos espacios por los cuales se ingresaba al fundo, fueron ocupados por personas que, entre otras cosas y armas en mano, obstaculizaban el acceso de la familia Brito a su fundo.
Estas personas que ocupaban parte de la propiedad de la familia Brito fueron acreditadas con unos documentos que legalizaron la ocupación para hacer producir dichas tierras. Estos documentos son las muy mencionadas cartas agrarias.
Desde ese momento, el Sr. Brito se embarcó en una lucha legal de muchos capítulos y varios años, luego de los cuales logró el desalojo de los invasores y entendí que también logró una indemnización de aproximadamente 1 millón de Bolívares por los costes legales y perjuicios generados por esta situación.
La huelga de hambre que recién concluyó con la vida de Franklin, perseguía resolver dos temas aparentemente menores pero formales:
· que las cartas agrarias que se habían expedido a los ocupantes de años atrás fuesen legalmente anuladas y
· que la indemnización fuese legalmente soportada para garantizar que se correspondía con un procedimiento legal
La huelga de hambre que recién concluyó con la vida de Franklin, perseguía resolver dos temas aparentemente menores pero formales:
· que las cartas agrarias que se habían expedido a los ocupantes de años atrás fuesen legalmente anuladas y
· que la indemnización fuese legalmente soportada para garantizar que se correspondía con un procedimiento legal
Desafortunadamente, aunque todos estos eventos sean total o parcialmente falsos, el Sr. Brito ya no podrá leer esta reseña o ninguna otra y, en mi humilde opinión, este espantoso desenlace fue, sin duda, innecesario.
El alcalde, cuya supuesta propuesta perdió con la del Sr. Brito hace años, hoy en día, es diputado de la asamblea legislativa del estado Bolívar y su esposa, que en ese entonces era diputada de esa misma asamblea, es la actual alcaldesa del municipio Sucre del estado Bolívar.
La familia del Sr. Brito, su esposa, sus 2 hijos, sus 2 hijas y su nieto, que recién han velado e inhumado sus restos, dicen que han recibido contundentes amenazas de muerte de parte de un reconocido delincuente de Guarataro. Eso me hace pensar que lo que fue una larga lucha de 7 venezolanos, aunque casi nadie lo desee, continuará un tiempo más, sólo que deberán darla sin la presencia física del padre de la familia pero quizá acompañados por muchos más.
Mis condolencias y solidaridad con los Brito. Dentro de algunos años, si es que la vida me castiga con fallas de memoria, al menos cada vez que vuelva a tener enfrente una sopa, hervido o sancocho que tenga ñame, recordaré la vida y valor de la primera víctima de una huelga de hambre en Venezuela: Franklin Brito.
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