Esta semana leí en El Universal (http://www.eluniversal.com/) que unos 9.000 "científicos" venezolanos se han ido del país y que el número contrasta, de manera espeluznante, con los 6.000 que aún hacen vida en esta tierra.
Quien comenta en el artículo sobre este estudio, concluye que esta diáspora está íntimamente ligada a los últimos 10 años de gobierno revolucionario.
Sin duda que la realidad venezolona de la última década, cargada de inseguridad política y social, ha acelarado la emigración, sin embargo, yo terminé mis estudios de ingeniería en 1990 y tuve la oportunidad de dar las palabras en el acto de graduación y el tema que seleccioné para reflexionar, hace casi 20 años, fue precisamente la fuga de talento y cómo ésta afectaba a la universidad y al país, ya que en aquellos años éramos testigos del éxodo de los mejores profesores e ingenieros recién graduados de la Universidad Simón Bolívar, que se iban a vivir y trabajar a Estados Unidos, Australia y España, principalmente.
Ahora bien, a raíz de este artículo, hice un censo rápido de amigos y compañeros de trabajo que se han mudado del país en estos últimos 10 años y descubrí que, en mi caso personal, al menos, 12 amigos personales muy cercanos, más de 20 compañeros de trabajo y más de 40 allegados, se han ido. Es decir, que más o menos un 20% de la gente con la que me he relacionado de manera cercana en estos años pasados, han tomado la decisión de cambiar a Venezuela por otras esperanzas.
Y esto es definitivamente una cifra alarmante y preocupante porque estas casi 80 familias son sin duda núcleos que está generando progreso, prosperidad y vida en otras sociedades y han dejado un vacío irreparable en esta golpeada Venezuela.
Lo más lamentable es que esta fuga sigue y al menos entre 4 y 10 nuevas familias que están en mi entorno laboral y social, siguen haciendo maletas definitivas cada año.
¿Será que este es un tema que le interesa a alguien con visión de futuro?
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