Cuando los negocios van bien y una empresa logra agregar tanto valor a sus clientes que genera excedentes importantes, con seguridad se puede disponer de más recursos para maniobrar e invertir en la organización y en las 6 bases sobre las que se apoya un equipo emocionalmente involucrado o comprometido. En los tiempos de vacas gordas, a una empresa le es más fácil "venderse" como un vehículo para la realización individual y colectiva para la mayoría de sus miembros.
Cuando las cosas se complican o toca atravesar una crisis de cierta magnitud y duración y, en consecuencia, cuando generenciar nos encuentra con poco tiempo y recursos insuficientes para mantener la solidez de esas 6 patas, toca apelar a recursos emocionales intangibles para lograr una estrecha comunión de valores entre la organización y muchos de sus miembros.
Algo parecido pasa con el relacionamiento entre parejas. Una pareja que disfruta de un periodo económicamente exitoso tiende a notar menos o a molestarse y preocuparse menos por importantes carencias de su relación. El que una pareja enfrente y viva una importante crisis económica, suele sacar a flote esas carencias y magnificarlas y si no hay sólidos fundamentos y valores compartidos y compromiso, es muy frecuente terminar en una irreparable ruptura.
¿Y cuáles son esas 6 bases?
- El liderazgo
- El trabajo en sí (el sentirse retado, cómodo, dotado)
- La real posibilidad de crecer y de ser reconocido
- Equilibrio entre trabajo y vida personal
- Los procesos de la compañía y, en especial, los de Capital Humano
- La compensación (directa y en forma de beneficios)
Ahora bien, ¿qué pasa cuando una crisis no nos permite atender adecuadamente una o más de estas bases o factores para construir el compromiso emocional de nuestros equipos?
Esto será el tema de una próxima entrega... Te espero...
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