sábado, 2 de agosto de 2008

¿A qué jugamos?


Mientras el precio promedio del barril de petróleo venezolano ha crecido significativamente en los últimos años: de 40 y poco, a más de 60 y por encima de 100 US$ en este momento:

  • la inflación anualizada está por encima de 30%,
  • la inversión privada nacional e internacional desapareciendo,
  • el empleo formal estancado,
  • la deuda pública inexplicablemente alta
  • la inseguridad desbordada haciendo de nuestro país la locación perfecta para las más sangrientas películas de horror (asesinatos múltiples, secuestros expresos o prolongados, robos de vehículos, atracos, cadáveres abandonados en los montes y ya paro de nombrar barbaridades),
  • la construcción de vivienda sin siquiera medio acercarse al ritmo necesario para garantizar este derecho básico,
  • la disponibilidad de alimentos comprometida (una semana hay carne pero no hay café, luego hay café pero falta la leche, luego no hay azúcar, etc.)
  • la suciedad de todas nuestras ciudades es la norma
  • el deterioro de la vías ya hace pensar que no hay autopistas y carreteras sino caminos

En fin, un terrible panorama que atenta cada minuto contra la calidad y esperanza de vida del venezolano común y corriente.

Mientras todo esto es lo que vivimos todos los venezolanos, la estrategia política y económica de nuestro gobierno es utilizar los recursos públicos (de todos los venezolanos) para jugar Monopolio. Estamos jugando con todo y sembrando las bases de un desastre económico como ya lo han mostrado parecidos errores del pasado acá y en muchos otros países.

El gobierno lanza los dados y avanza:

  • haciendas, "las compro",
  • petroleras transnacionales, "las compro",
  • un canal de TV, "lo compro" (y cierro otro)
  • la compañía de telecomunicaciones más grande, "la compro",
  • la de electricidad de la capital, "la compro",
  • varios frigoríficos, "los compro",
  • varias cementeras, "las compro",
  • la acerera más grande, "la compro",
  • el tercer banco que funciona muy bien, "lo compro"

Son miles de millones de dólares invertidos en empresas que en general funcionaban bien y estaban pagando impuestos y que luego de compradas por el estado no necesariamente están impactando el bienestar del ciudadano. Después de todas estas compras, como ya reseñé, seguimos sobreviviendo una altísima inflación, inseguridad, espacios públicos muy sucios, falta de viviendas, astronómicos alquileres, malas vías, insuficiente transporte público, baja oferta de productos básicos y pocas opciones de empleos interesantes.

Mientras todo esto sucede, no estamos haciendo las inversiones necesarias para aumentar nuestra producción de petróleo mientras el consumo interno de energía sigue creciendo y por ello nos lo veremos más negro el día en que el precio del barril baje de las nubes y sólo podamos seguir vendiendo la misma cantidad de barriles al día.
Es casi seguro que todas estas nuevas empresas compradas ya comenzaron a perder productividad y capacidad de autosostenerse, haciendo que nuestro estado sea cada vez más una "empresa" inviable que sacará el ya poco dinero de los bolsillos de todos, para balancearlas.

El gobierno de Venezuela juega Monopolio. Cuando la oposición se pone de acuerdo para lanzar los dados y juega, casi siempre cae en Casualidad y la tarjeta que siempre voltea la manda para la carcel sin pasar por "Go" y siquiera poder competir con equidad en las próximas elecciones regionales.

Será que ésta es la Venezuela que nos merecemos por la pobreza de nuestros valores y nuestra gris ciudadanía. Lamentable pero cierto.

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