Acabo de escribir durante una media hora y, por razones técnicas, perdí lo hecho. Esto me obliga a decir lo indispensable.
Lo que quiero decir es que veo que Antonio Ledezma sigue demostrando que quiere dirigir a Venezuela, al menos, mucho más que cualquier otro venezolano (con excepción de Hugo Chávez).
Mañana Ledezma cumplirá 5 días en huelga de hambre para llamar la atención del mundo, y de Venezuela, sobre las antidemocráticas e inconstitucionales estrategias que la revolución ha empleado para paralizarlo ejecutivamente, a pesar de ser el Alcalde Mayor elegido por la mayoría de los ciudadanos de la capital del país. Hoy Insulza le habló por teléfono y se obligó a abrir un caso de atención de parte de la OEA.
Creo que hoy sólo muy pocos venezolanos perciben lo que pueda pasar con gestos como esta huelga. Yo siento que es posible que consiga algunas reacciones de Venezuela y el mundo, pero estoy seguro de que está resultando una prueba definitiva para las ganas de Ledezma. Sólo por eso, esta prueba vale la pena multiplicada por un millón, para el futuro de Venezuela.
Seguramente, durante estos 5 días Ledezma se ha estado preguntándo si hace lo correcto y si todo esto vale la pena. Si sus respuestas reafirman su determinación de luchar y comprometer hasta su vida, nos estará dando otra señal de que existe una alternativa real y viable a Chávez y la revolución.
Seguiremos observando y reflexionando. Mientras tanto, todo mi apoyo moral a gestos de este tamaño, aunque muchos piensen que se trata de un Ghandi trasnochado.
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