La
hiperinflación es una enfermedad de la economía que se diagnostica cuando la
inflación pasa de 50% en un mes o cuando la tasa anual permanece sobre 100% por
3 años o más, por lo que es evidente que la economía venezolana está
padeciéndola desde hace rato.
Hace días
me preguntaba un amigo si tenía idea de cuánto aguanta una sociedad en
hiperinflación y ello me motivó a investigar sobre otras experiencias en la
región a finales del siglo pasado.
La
inflación anual en Perú, entre 1985 y 1995, fue así:
Los
peruanos padecieron 3 años con una inflación por encima de 1.000% y 5 años
sobre 100%, antes de que el entonces nuevo gobierno de Fujimori tomara medidas
drásticas en 1990.
En
Argentina, tristemente, la inflación durante los 10 años entre 1975 y 1984, siempre
estuvo por encima de 100%, llegando a 344, 434 y 688% en 1982, 1983 y 1984
respectivamente y, en los siguientes años, esta fue su evolución:
Es
decir, que Argentina ha pasado por varios periodos de hiperinflación de varios
años de duración.
En Brasil, entre 1981 y 1984, la inflación fue 102, 100, 131 y 188%.
En Brasil, entre 1981 y 1984, la inflación fue 102, 100, 131 y 188%.
Posteriormente,
los 10 años terribles fueron así:
Finalmente,
en 1996 la inflación bajó al 16, a 7% en 1997 y a 3,2% en 1998. Brasil también ha sufrido varios periodos de hiperinflación de distinta intensidad de varios años de duración (al menos 15 por los datos mostrados).
Por último,
en Ecuador, aunque la inflación no pasó del 100% anual entre 1990 y el año
2000, otros problemas económicos y políticos condujeron a la dolarización de la
economía. En cualquier caso, así se comportó la inflación en los años previos a
la dolarización:
En el año
2001, la inflación bajó a 22% y continuó bajando a niveles de 2 y 3% entre 2004
y 2007. La inflación ha dejado de ser un problema para esta economía.
Por nuestra
parte, Venezuela abandonó los porcentajes de inflación de un sólo dígito a
principio de los 80s y, en este siglo, entre 2000 y 2011, la inflación giró en
torno a 20%, sin embargo, los últimos años se estima que está luciendo así:
Es
importante destacar que el Banco Central no ha publicado más información desde
2015, en consecuencia, la inflación de 2016 es un estimado y la de 2017 y 2018,
son cifras proyectadas por algunos economistas, aunque con la aceleración de la
inflación en octubre y noviembre, ya se comienzan a leer proyecciones de hasta
4.000% para 2018.
Con la foto
actual de Venezuela y estas experiencias en la región, podría concluir que:
1.- Una
economía pareciera que puede vivir varios años padeciendo hiperinflación,
aunque normalmente queda destruida y con la gente empobrecida en extremo. Finalmente
en estos casos, la sociedad ha generado un cambio de gobierno, de modelo y de
moneda. Hasta que este cambio definitivo sucedió en cada caso, estos países experimentaron
cambios suaves e incompletos que lograron disminuir los síntomas por un tiempo
pero a la postre, la hiperinflación solo cesó al aplicar cambios drásticos y
sostenidos.
2.- Una vez
aplicados los correctivos, la economía se ajusta muy velozmente y, seguramente,
las expectativas positivas cuando la inflación baja de más de 1.000 a 100%,
deben hacer apreciar a una inflación de 100% como una bendición.
3.- El
entorno mundial actual es muy diferente al de hace 20 o 30 años y cada una de
las economías de los países reseñados son muy distintas entre sí, en
consecuencia, la extrapolación de lo ocurrido a lo que mayormente le espera a
futuro a Venezuela no debería ser lineal.
4.- La
hiperinflación es solo uno de los graves problemas de Venezuela. Escasez,
inseguridad, emigración, colapso de los servicios públicos, crisis política y
social, una desconfianza generaliza y aislamiento internacional son algunos otros.
5.- Los
economistas modernos han estudiado estos episodios de hiperinflación y los
tratamientos erróneos y acertados que se usaron para combatirla y curarla. De
igual manera han estudiado como se reactivaron economías de países que salieron
del comunismo. Creo que esto será todo un lujo cuando llegue el momento de
cambiar la ruta de Venezuela en comparación con la experiencia que tenían los
economistas de los 80s y los 90s en nuestros países vecinos.
6.- Al
menos de manera pública, el gobierno de Maduro no reconoce errores en su manejo
económico (sólo reconoce el no haber vencido aun a sus enemigos económicos) y
de acuerdo con su discurso, todo lo que ocurre en Venezuela se debe a una
guerra declarada por el capitalismo mundial y sus representantes nacionales,
que ha sido desatada para acabar con la revolución. En consecuencia, justo
ahora, no se asoma (ni por equivocación), algún tipo de viraje del modelo que,
terca y criminalmente, optará por la experiencia de “matar” a la gente de
hambre y de enfermedades desatendidas antes de modificar sus principios
políticos y económicos que son los que le permiten, a su entender, seguir al mando.
7.- Por
ahora, me imagino que el gobierno de Maduro espera por un milagro: una
sorpresiva y explosiva subida de los precios del petróleo, el padrinazgo de
Rusia o China o una combinación de eventos de este tipo. O quizá la destrucción de la
economía capitalista sea parte del plan de transición a los siguientes niveles del
socialismo del siglo 21.
8.-
Mientras el gobierno espera por esos u otros milagros, la vida del venezolano
seguirá empeorando, sobretodo la del venezolano trabajador con status mental de
clase media. En la espera, podríamos atestiguar eventos más o menos violentas
que intenten arrebatar el poder para emprender un viraje. Esta incógnita se podría
despejar en 2018.
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