viernes, 28 de octubre de 2016

Economía gravemente enferma

Y acá vamos con el tema de las compensaciones laborales, una vez más.

Desde el 1° de noviembre de 2016, se ha decretado que el sueldo mínimo mensual sea algo más de 27 mil Bolívares y que el bono para alimentación sea de 2 mil 124 Bolívares diarios o Bs. 63.720 al mes. 

En 2016 el ingreso mínimo se ha ajustado 6 veces por decreto. En promedio, cada dos meses. El salario en 4 oportunidades y el bono, en 5. En total, el salario actual es 180,9% mayor que el de enero y el bono subió 844%. El ingreso mínimo se ajustó 453,8% en 2016.

Todas las lecturas son malas. En primer lugar, una economía que cada dos meses tiene que decretar un ajuste de la base salarial y de los ingresos mínimos está muy enferma y si tal ajuste es para casi sextuplicar dicha base en un año, la situación es muy grave. En ausencia de información pública del INPC, de tales ajustes se puede inferir que la inflación anualizada, como mínimo, ronda el 500% y a juzgar por indicadores no oficiales y mis percepciones, estos ajustes salariales ni remotamente han aumentado el poder adquisitivo de los trabajadores formales. En otras palabras, el ingreso mínimo de Bs. 90.812 de noviembre compra bastante menos de lo que en enero se compraba con Bs. 16.398,15. 

Todo este entorno de desplazamiento desigual de las escalas de valor del trabajo y de los bienes y los servicios, ha generado un problema adicional que quiero reseñar. El billete de mayor denominación sigue siendo el de 100 Bolívares y así ha sido desde hace 9 años. En enero de 2008, se usaban 11 o 12 billetes de 100 para un ingreso mínimo y hoy se necesitan más de 900.

Bien sea por algún complejo que les hace ignorar la terrible realidad que ellos mismos han deformado, o por incompetencia, o por intereses ocultos o por todas las anteriores, el gobierno y el Banco Central de Venezuela no han cambiado el cono monetario por lo que vivimos haciendo filas frente a unos cajeros automáticos que sólo descansan cuando se quedan sin efectivo (que es cada vez más frecuente) y dedicamos un par de horas cada mes para llenar nuestros bolsillos de billetes que nunca alcanzan para los gastos menudos. El comercio de efectivo se ha convertido en otra de esas extravagantes consecuencias del socialismo del siglo 21.  

A juzgar por el valor comparativo internacional de los principales productos y servicios básicos, el salario de un trabajador venezolano debe ser de unos 4/5 dólares diarios (USD 120/150 al mes) y es, tristemente, el más bajo de nuestro entorno regional.

El gobierno venezolano y sus economistas siguen aplicando las mismas medidas que hace 6 años servían para maquillar la pobre economía venezolana pero esas mismas medidas ya no pintan nada, más allá de carencias y miserias. Sin duda, es parte del plan de dominación política. 

Si esto no es hiper-inflación, ¿alguien sabe cómo se llama?

No hay comentarios: