sábado, 21 de enero de 2012

Venezuela: La oposición será gobierno si inspira y motiva a 7,5 millones de votantes


Venezuela en 2012 va a decidir si le da otros 6 años más al modelo actual de país o se inclina por un gobierno que ofrezca un mejor desempeño y una visión de país menos radical.

A finales del siglo pasado, Venezuela había perdido el rumbo estratégico como país y había acumulado unos alarmantes porcentajes de pobreza y exclusión. A principios de los Noventas, el segundo gobierno de CAP intentó hacer un viraje a la modernidad, sin embargo, eso fue rechazado y atacado desde sus apoyos y, sin contemplación, por sus adversarios. Así nos llegó un gobierno de transición, el chiripero de Rafael Caldera, que intentó navegar entre dos aguas y que al final desembocó en el triunfo indiscutible de una esperanza novedosa, revanchista y fuera del sistema entonces.

Chávez cosechó sobre la desesperanza de millones de excluidos e indignados que encontraron un líder antisistema pero que poco a poco ha ido virando a una visión que aunque incluye aspectos que la gente anheló y sigue anhelando, cada día incorpora matices radicales que se cree que no gusta a la mayoría de los venezolanos.

El chavismo ha pretendido desmontar (y lo ha logrado con bastante éxito) la Venezuela de finales del siglo pasado. Al menos, el poder real de las instituciones y grandes empresas públicas está casi totalmente en sus manos. El venezolano común que apoya a Chávez, creo que lo hace principalmente por 3 razones: porque aun siente que es la opción reinvindicadora más disponible, porque tiene un compromiso emocional y orgulloso (religioso) con la energía de su líder o porque ya tiene más felicidad que la que tenía en el viejo modelo (o cree que la tiene, lo que es lo mismo).

El discurso y las acciones chavistas por un lado y una altísima renta petrolera por la otra, han permitido construir y mantener una mayoría electoral suficiente para tener el poder. Con diferencias a lo largo de estos últimos años, aproximadamente el 45% del electorado ha bastado para mantenerse y seguir avanzando.

En los últimos eventos electorales, esa mayoría ha disminuido pero aun en los años recientes, que han sido de menor crecimiento económico y de menor bienestar general, las encuestas indican que el chavismo sigue encontrado formas de mantener una importante sintonía.

La oposición por su parte ha hecho esfuerzos por construir sobre aprendizajes y logros y ahora se encuentra en su mejor momento de los últimos años. Más allá de que el chavismo se esmera por descalificarla, la experiencia acumulada, en errores, en caídas y en años, está haciendo lo suyo. Los logros unitarios son innegables.

Revisando los apoyos que las encuestas indican para el gobierno en este momento parece claro que aun Venezuela no está decidida o emocionada para hacer un fuerte viraje como lo acaba de hacer, por ejemplo, la sociedad española o como hace poco más de 1 año lo hizo Chile. En este sentido, las opciones más alejadas del centro, las que se confrontan más con la revolución, pareciera que aun no darán paso a un cambio de gobierno.

En este sentido, los pre-candidatos con más chance para octubre son precisamente los que evitan confrontar abiertamente el corazón revolucionario sino los que están demostrando que están tan o más cerca de la gente y que, además, han demostrado que son más capaces de tener una mejor gestión pública. Precisamente, Capriles en primer lugar y con algo menos de apoyo, Pablo Pérez y Leopoldo, son los 3 favoritos para el 12F.

A estas alturas parece improbable aunque no imposible una alianza de Leopoldo con Capriles o con Pérez pero a falta de 3 semanas completas para las Primarias, si la campaña de Leopoldo diera ese paso, el candidato opositor estaría definido por él. Sin embargo, como las Primarias no son de matar o morir, seguramente los 3 llegarán al 12 de febrero, uno resultará candidato y los otros 2 habrán hecho inventario (suma y sigue) para continuar hacia octubre en torno al "Único" pero con peso específico que aportar y "recordar".

Ahora bien, en las elecciones presidenciales de 2006, los resultados fueron los siguientes:

Chavismo – 46,5% (7,2 millones de votos)
Oposición – 27,3% (4,2 millones de votos)
Abstención – 26,2% (3,9 millones de personas)

En la última convocatoria electoral, en 2010, la masa de electores creció 10% con respecto a 2006 (hasta 17 millones) y la oposición tuvo 5,9 millones de votos y el chavismo 5,5 millones. Es decir, que votamos 11,4 millones de electores, casi la misma cantidad del 2006 (porque la abstención fue mayor) y los resultados totales fueron:

Oposición – 34,0% (5,9 millones de votos)
Abstención – 33,6% (5,7 millones de votos)
Chavismo – 32,3% (5,5 millones de personas)

Un análisis muy simple indica que en 4 años la oposición creció 6,7% (y el electorado creció 9,7%). El análisis sobre el chavismo es más complejo porque ha podido decrecer o abstenerse o una combinación de ambos.

En 6 años, el universo electoral venezolano se estima que habrá pasado de 15,4 millones de electores a 19 millones (3,6 millones nuevos votantes desde 2006). De cara a octubre de 2012 si la abstención es de 26% (5 millones de personas), votarían 14 millones de personas. 

Las matemáticas de la oposición deben apuntar a conseguir 7,5 millones de apoyos para ganar con más del 50% de los votos, quedando el Chavismo con los otros 6,5 millones (que aun sería un % muy importante).

La oposición lograría estas cuentas si:

.- Sigue creciendo al ritmo de sus últimos años y
.- El chavismo decrece con respecto al 2006 a pesar de crecer con respecto al 2010

En conclusión, la oposición debe mantener su base y crecer entre los nuevos votantes y robar una parte de los viejos apoyos al chavismo y eso parece que sólo se logra atrayendo sin excluir o sin confrontar demasiado con el fondo, sino confrontando con la forma. ¿Luce fácil? No lo sé, pero no olvide que el chavismo también están sacando cuentas y ha demostrado varias veces que también sabe sumar.

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