jueves, 12 de febrero de 2015

Dólares a 30

Cada vez que una economía impone un control (siempre imperfecto), hay un conjunto de transacciones que ocurren fuera del sistema que forman el llamado mercado negro, paralelo o libre. Si el mercado controlado no funciona adecuadamente o no es coherente con el resto de la economía, el tamaño del mercado paralelo crece. Caso contrario, se hace menos importante. Típicamente es especulativo, más que por la intención de la totalidad de sus participantes, porque suele no ser transparente. De hecho, es típicamente clandestino (en el caso venezolano ha sido considerado ilegal y criminal por ley).

Cuando el control se mantiene y se profundiza por tantos años, el paralelo comienza a convertirse en el mercado real. En el paralelo, el valor diario de cambio queda en manos no autorizadas, estadísticamente hablando, que pueden estar publicando datos parciales o subjetivos, aun sin proponérselo.

No estoy queriendo decir que páginas como DolarToday tengan oscuras intenciones sobre la fijación del cambio sino que como bien ellos recalcan, el tipo de cambio que publican recoge el promedio que usan las casas de cambio de Cúcuta pero, por ejemplo, no considera las transacciones más grandes e importantes que de seguro ocurren entre empresas y particulares en las grandes ciudades del país. En consecuencia, en Venezuela sólo el cambio fronterizo ha estado fijando el valor del creciente paralelo para todos los actores.

Si suponemos que hace 2 años Bs. 6,30 por dólar era una tasa real, al menos hoy por efecto de la inflación, la tasa debería rondar los 15 Bolívares. Seguir manteniéndolo en Bs. 6,30 es una perturbación mayor. Entonces, el valor controlado se ha mantenido artificialmente bajo (inmune a la inflación), los ingresos de divisas han disminuido y los egresos han aumentado. Son tres poderosas razones que parcialmente explican la gigantesca inflación que padecemos.

El paralelo por varios años fluctuó “cerca” del oficial y de pronto, desde julio de 2012, comenzó a brincar con fuerza. En 30 meses, se disparó desde 8 hasta Bs. 190 (algo nunca visto antes). La poca acción que el gobierno tomó al respecto nos está haciendo pagar un altísimo precio, de igual forma que pagaremos un alto costo por la negligencia de gastar sin control cuando están cayendo nuestros ingresos.

Al día de hoy tenemos un cambio real de unos Bs. 180 y un cambio subsidiado de entre 6,30 y 12 Bs.. Si dividimos todos los Bolívares de nuestra economía entre todos los Dólares que hay en reservas, el cambio implícito anda cerca de 100 Bolívares. En mi opinión, un tipo de cambio coherente para nuestra economía debería estar hoy por los 30 Bolívares, sin embargo, las distorsiones creadas en los últimos años van a dificultar por un buen tiempo que nos equilibremos con el mundo externo.

Ahora bien, si el nuevo SIMADI permite realmente la libre fluctuación podría reemplazar a DolarToday y, siendo así, al corto plazo ese cambio real bajaría considerablemente. Mi sueño se completa si en paralelo ajustamos nuestra economía para incentivar la producción nacional, reducir la corrupción desmedida, controlar los gastos, suprimir los exagerados regalos y pactar un acuerdo nacional para diversificar nuestros ingresos y disminuir la dependencia del petróleo. Sólo así, en dos o tres años ya estaremos mucho mejor encaminados de lo que estamos hoy en día.

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